CREDITOS IMAGEN: Pexel - Iván Rivero
EL PROYECTO ARQUITECTÓNICO – PARTE UNO
Para escribir sobre CONSTRUCCIÓN y OBRAS, debo primero expresar mi posición sobre lo que entiendo por arquitectura y las implicaciones de mi profesión, en tanto oficio. Mi posición, mis definiciones sobre la profesión puede que no gusten a algunos y ser objeto de discusiones, que podremos hacer más adelante en los Foros dentro de este sitio web. De momento esto es lo que soy y esto es lo que hay, y puedo aportar.
SOBRE - ARQUITECTURA Y HÁBITAT
Mi definición de arquitectura:
Arquitectura es el arte y oficio de transformar el hábitat, diseñando lo construible.
Comencemos por las definiciones: La palabra hábitat deriva del latín. Se origina a partir de habito, habitas, habitare, habitavi, habitatum cuyo significado es: poseer de largo plazo, tener de manera reiterada y permanente, permanecer.
Para hacer esa transformación y convertirla en realidad, el arquitecto tiene a su servicio formas de proyectar y de hacer; ciencia, tecnologías y técnicas que aprende a usar, para aplicarlas en un proyecto, desde la fase de diseño hasta la fase de construcción y entrega al usuario final o cliente.
Las formas de proyectar, la teoría sobre las formas de hacer, y las primeras aproximaciones a las ciencias, tecnologías y técnicas que les son necesarias, se aprenden en la universidad. Para enseñar esto, la academia subdivide en franjas de conocimientos tanto el diseño (Taller) como los aspectos científicos, técnicos y tecnológicos para la materialización del proyecto.
Después. y sólo en la práctica profesional se aprende - realmente - sobre las formas de hacer y la utilidad de las ciencias, las tecnologías y técnicas que complementan a nuestro quehacer como arquitectos.
Los arquitectos actuamos siempre sobre hábitats preexistentes y en tal razón, transformamos.
Un lote de terreno sin construir no debe verse como un espacio vacío. Tiene vecindades, linderos, topografía, clima, valores ambientales, valores urbanos o rurales, valores próximos y otros lejanos e incluso puede tener un valor simbólico para las comunidades a su alrededor. Por consiguiente, es un lugar lleno de contenidos y valores que debemos descubrir y analizar, antes de intervenir sobre el.
Un buen comienzo por parte del arquitecto, es tener una actitud respetuosa, de mente abierta y dispuesta a explorar para hacer una correcta valoración del lugar, como fase previa al diseño.
En nuestra profesión damos enorme valor a la “arquitectura de lugar”.
Esa arquitectura que aporta valor al sitio que la recibe y que explica que el proyecto exista - si y sólo si - para ese lugar y no otro.
SOBRE - QUÉ HACEMOS LOS ARQUITECTOS
Nuestra profesión es una disciplina que – en general - da respuestas a los seres vivos (humanos y de otras especies) para atender sus necesidades de cobijo y protección de las inclemencias del medio ambiente.
Da respuesta a las necesidades de privacidad y sensación de seguridad que tienen los seres humanos en su vivir; ofrece soluciones para bajo el mismo techo, realizar diversas actividades: vivir, trabajar, estudiar y recrearse; tener condiciones de vida, saludables; poder convivir con otros y tener privacidad individual; trabajar, hacer vida social y deportes.
Y tal como se hace para el lugar, el arquitecto debe hacer una caracterización del usuario hacia quien va dirigido el proyecto. Una caracterización que explore su diversidad, su cultura y costumbres; su forma de vivir, trabajar, recrearse y usar los espacios.
Todo esto es necesario para ofrecer una “arquitectura pertinente”, de la que se apropien los usuarios.
El arquitecto debe transformar y crear, siempre para bien; lo debe hacer bien, de forma duradera y con un propósito. Transformar y crear para mejorar la calidad ambiental y funcional de los espacios que habitamos, sean para vivienda, trabajo o cualquier otra actividad. Ejercer su oficio con la conciencia de que su obra está dentro de un contexto y que, en tal razón, debe aportar de forma positiva a ese contexto.
Es un trabajo que debe hacerse de forma responsable y seria y la idoneidad profesional contribuye a esto. Para lograrlo el arquitecto se capacita para el análisis, las reflexiones y la toma de decisiones que resuelven la arquitectura.
Como todos los problemas, nuestros proyectos deben dar respuestas a las preguntas: ¿De qué se trata el proyecto? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Para quien o a quienes está dirigido? ¿En qué lugar? ¿Qué normas debe cumplir? ¿Cuál es el presupuesto estimado? Y seguramente otras más, dependiendo del proyecto.
SOBRE - PARA QUIENES HACEMOS ARQUITECTURA
Debemos mantener la perspectiva de que la arquitectura está al servicio de la especie humana, de sus individuos y sus colectividades. Y, cuando es necesario también, al servicio de otros seres vivos que nos acompañan en este planeta.
No me gusta la visión sólo antropocéntrica de nuestra profesión
Como ejemplos posibles: se puede hacer arquitectura para un paisaje; para especies animales o vegetales; arquitectura para un recorrido; para un parque temático o un zoológico; para acoger diversas actividades humanas.
En todos estos casos, los diseños implican conocer (o asesorarse) sobre cómo viven y habitan las otras especies, y asegurarse de que el resultado final provee el bienestar y respeto que esas especies merecen.
SOBRE - PARA QUÉ HACEMOS ARQUITECTURA
El proyecto arquitectónico tiene como propósito final, llevar lo diseñado a la realidad; es decir, construirlo y entregarlo para que cumpla los fines y objetivos con que fué concebido. Así que, como arquitectos irrumpimos en el lugar y dejamos huella y testimonio de nuestro paso por ese lugar, y más nos vale que lo hagamos bien. Porque dará de qué hablar, para bien o para mal, sobre nuestro prestigio y fama como profesionales.
Lo NO construido, aunque haya sido proyectado, NO es arquitectura
Así que te recomiendo aprendas sobre cómo construir lo que diseñas, aunque nunca te hagas cargo de la construcción de un proyecto. Conozco muchos colegas a quienes la obra no los atrae y sólo se sienten a gusto en la comodidad de una oficina de diseño. Eso es respetable. Pero harían bien en saber que, son mejores arquitectos y hacen mejores proyectos quienes conocen las formas de hacer y construir una obra; quienes en el momento de la construcción se involucran con el resultado final de sus diseños sobre el papel.
Diseños en papel que difícilmente cubren todas las minucias, los pequeños detalles que tiene un proyecto. Y es allí - en esos detalles - en donde la obra adquiere carácter y personalidad propia; porque la obra en construcción es también una parte de la fase de diseño, sólo que la escala de trabajo en ese momento es 1:1.
Sé de resultados desastrosos en proyectos que nunca fueron supervisados durante la construcción, por sus diseñadores. Dejaron, a criterio del maestro de obra o de un profesional ajeno al proyecto, las decisiones sobre detalles constructivos o de acabados que eran relevantes. Y los planos del proyecto no contenían esa información. Como resultado una obra - ajena al diseñador original - que expresa una arquitectura con apariencia, atmósferas y sentimientos muy diferentes a los que eran esperados.
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